02 Oct Constelaciones Espirituales con Marga Angrill
A las Constelaciones que practico las llamo Espirituales porque es donde siento que han llegado. Han llegado al espíritu.
Mis inicios a finales de los años 90 fueron las Constelaciones Familiares y/o Sistémicas como se quieran llamar, de la mano de mi maestro Bert Hellinger. Nunca he abandonado esta base y siempre han sido, y seguro que seguirán siendo, un punto de inflexión y sobre todo de reflexión.
Después le siguieron las Constelaciones Integrativas, porque al profundizar un poco se fueron intercalando todo tipo de temas que no tenían nada que ver con la familia. He acompañado diferentes tipos de constelaciones como las organizacionales, de empresa, de materia física, y distintas actividades sociales y personales, que existían en paralelo a la familia y que sin embargo eran constelables.
Es constelable todo lo que existe y está en contacto con el ser humano. Una mesa o una silla no existirían sin la intervención humana y la intervención humana deposita sus memorias la fabricarla.
Esto último ocurrió al comprender qué era el campo, cómo se comportaba y qué nos ofrecía. Entraba en el ámbito y el conocimiento de la física cuántica, y que al mismo tiempo era nuestra gran “nube” de información que guarda de todo lo que pasa y sucede en el gran laboratorio que es la vida, también la parte sistémica. Aunque solo pasado y presente, nunca futuro porque no puede guardar lo que todavía no ha sucedido
Y cómo siempre, gracias a la apertura de espíritu de mis alumnos y clientes, el campo me fue dando informaciones que no podía entender con mi conocimiento de esos momentos. Y esto me obligó a seguir buscando que es lo que más me gusta.
Una mañana comprendí que, si este campo contenía el todo de nuestro mundo, tenía que abarcar las memorias desde el momento que aparecimos en la Tierra, desde el espíritu. Qué negociamos con nuestra alma y cómo ella nos afecta? Aunque no nos puede informar, esa es la ley. Y cómo algo que vivimos en momentos muy antiguos quedó por resolver y, todavía sigue vivo con nosotros, si sigue pendiente.
El tiempo realmente no existe y lo que llamamos pasado, solo quiere decir que hace tiempo, pero que si no lo cerramos, sigue pendiente en el ahora.
Todo esto fue el final de las constelaciones integrativas y el inicio de las espirituales. Porque no integro nada, ya está integrado. Solo tengo que mirar en profundidad, longitud y perspectiva. Ya que sea lo que sea que me obstaculiza, puede tener una antigüedad que no puedo predecir con un calendario. Pero algo hay y ese algo está pidiendo ser reconstituido.
Y en ese maravilloso punto estoy, agradecida a tantos clientes y alumnos por permitirme la maravillosa oportunidad de seguir ahondando, averiguando y aprendiendo cada día que pasa a través de las sesiones que acompaño como terapeuta de Constelaciones Espirituales.
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